jueves, 1 de octubre de 2009

Monopatín de ensueño para un chaval flipado


Corrían finales de los 70 y estaba empezando una moda en España muy original que sustituía los apestosos patines, el monopatín. Hubo un auténtico furor y había unos modelos Sancheski en colores amarillo y azul muy populares, también otros de maderilla que no recuerdo, planicos y simples, nada que ver con la actualidad. Nosotros nos convertimos en auténticos skaters, memorables deslizamientos por la cuesta del cementerio, buenas ostias contra el suelo, increíble aquella vuelta de campana en el aire que dí al pillar un guijarro con la rueda. Le pedí a a mi padre un monopatín, y el hombre me vino en mi cumple con esta maravilla, el Rolls de los skates de entonces, el Ferrari de las tablas. Un CB yankee en madera, acojonante, macizo y magnífico en diseño, con doble línea de lija de sujección, ruedas hiperanchas de color carmesí translúcido, una preciosidad. Lo guardo como oro en paño a la búsqueda de una sujección digna para la pared. Entonces el monopatín no estaba vinculado ni al rap ni a la cultura skate que ahora conocemos, sólo consistía en unos chavales con ganas de velocidad y alucinados con un tema que luego se ha convertido en un movimiento social.

2 comentarios:

Unknown dijo...

los de color amarillo, creo que no eran sancheski sino amaya, yo tenía uno. héctor.

Antonio Saz dijo...

cierto cierto.... los de color eran Amaya, los Sancheski debían ser los de maderilla... nunca tuve uno, así ue mis recuerdos se mezclan, jejejeje

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