domingo, 24 de febrero de 2013

Por fin, visita al Palacio Arzobispal de Zaragoza

Por fin, tras varias intentonas, he conseguido hacer la visita al Palacio Arzobispal. Han cambiado de política estos últimos meses, antes sólo se podían hacer visitas guiadas, a férreas horas marcadas y a un excesivo coste. Debido a la falta de demanda, imagino, ahora uno puede visitarse por libre al módico y baratísimo precio de 3 euros. 

El Palacio está sito en la misma Plaza de La Seo y el edificio es un compendio inexplicable de edificios unidos, recompuestos y mezclados heredados de diferentes épocas, siglos y estilos. La restauración realizada, a mi modesto entender, es impresionante, lujosa y de muchísima calidad. Los espacios son impresionantes y están iluminados con una calidad primorosa. La colección de obras de arte, orfebrería, iconos, cuadros, eboraria, relicarios, estatuas (sobre todo la madera policromada) es alucinante, todo un tesoro. Impresionante la tabla de San Antonio Abad camino de cielo de Martin Bernart, digno del Bosco, toda una delicia. Hoy domingo lo hemos visitado en soledad total. Son muy curiosas y dignas de ser atendidas las dos experiencias audiovisuales, de gran calidad y gusto, ejem, digamos que particular. En una primera, de la que pongo una muestra, se muestra a lo largo de todas las paredes y el techo la aparición de la Virgen al Apóstol Santiago en Zaragoza, muy "Expo" la cosa, de hecho todo ello está hecho por un afamado museísta (no recuerdo el nombre) que se debió poner morado en Beijing de hacer cosas de éstas. La segunda, entretenida y curiosa, nos muestra a varios Arzobispos de todas las épocas, contándonos sus parabienes e historia. 

Una visita obligada para cualquier zaragozano, católico o no. La visita, tras ver el espacio museístico, finaliza con los salones más "nobles" de la planta superior, donde se suelen hacer encuentros y eventos y que están presididos por los retratos de todos los "jefes" de la Iglesia en Zaragoza. La zona privada del Arzobispo y todas sus estancias permanecen fuera de los ojos del público. Recuerdo perfectamente cuando Juan Pablo II se alojó en este lugar y salió al balcón del Palacio que da a la Plaza de La Seo, un momento curioso de la historia, yo andaba por ahí en ese momento. Visiten y deléitense con las piezas de arte e históricas que se muestran en este espacio formidable en pleno centro de la ciudad. (Perdón por la calidad de las fotos, están hechas de strangis y con el móvil).









2 comentarios:

Iván Ordovás dijo...

Cierto. Totalmente recomendable. Ese balcón tendrá un protagonismo especial el próximo sábado, sobre las 11:45/12:00, más o menos, jejejejeje...

Antonio Saz dijo...

Dispararéis a matar???? jajajajaja

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