miércoles, 1 de enero de 2014

El último juguete de JUGUETES MONFORTE (Barcelona)

Una de las cosas más deliciosas que tiene Barcelona es el cuidado de muchos comercios con solera que aún perduran por el casco histórico de la ciudad. Muchos de ellos han ido cerrando, tiendas centenarias en localizaciones formidables sustituidas por el Stradivarius de turno. Siempre le he tenido un especial cariño a las jugueterías, como la desaparecida "Palacio del Juguete" del que os anuncié cierre hace un mes. Otra de mis preferidas, digna de salir en una película, es Juguetes Monforte, ubicada en la Plaza del Pino, pleno centro peatonal, a escasos metros de donde estaba la querida MAKOKI, tienda de referencia en cómic ahora convertida en dos cajeros de La Caixa.

Ayer pasé delante de Juguetes Monforte y encontré los escaparates ciertamente tristes, apagados,.... tampoco vi los techos repletos de locura como solía ser habitual. Entré en la vieja juguetería (casi 175 años de vida) y cual fue mi asombro al verla practicamente vacía. Me invadió una gran tristeza. Hablé con una de las encargadas; "hoy es el último día". Pasee por sus viejas vitrinas de suelo, mostradores retro, y abrí y cerré el escaparate, hecho de vieja carpintería de madera, pude ver un poquito la trastienda y admirar ese suelo tan característico de las casa de Barcelona. Preciosas lucernarias pintadas a mano con motivos de juegos que ya nadie compra.

Compré mi último juguete de Juguetes Monforte, una DKV transporte de cristales de EKO, y un pequeño paquete secreto que nunca abriré. Lugar inolvidable de Barcelona, museo del billar, los juegos de azar y las barajas, cueva de Alí Babá de los buscadores de tesoros de los 90, Madelman, Geyper, etc. 

No me gusta empezar el año con despedidas, pero un recuerdo gráfico de esta preciosa, y ya cerrada, juguetería barcelonesa.... sólo nos queda Palau. Un pequeño folio en una de las cristaleras secundarias contiene la despedida a todos los clientes.












2 comentarios:

Historias Lado B dijo...

Qué lugar sensacional, por Dios... Una maravilla. Una maravilla.

Antonio Saz dijo...

Ya Marce, trsietemente pasó a la historia, un abrazo

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