CLAP CLAP CLAP....
De excelente acción de branding y brillante lección de sensibilidad tildaría yo esta exposición. No es impresionante ni enorme, pero está llena de detalles, buen gusto, historia y muchísimo cariño por la marca. Se nota autoestima en Balay, que se quiere lo que se muestra, y lo que se muestra se hace porque se guarda y se valora, no muchos pueden decir lo mismo.
Objetos pequeños pero seleccionados con sabiduría tocando el alma de los zaragozanos. Muy bonita esa cocina de los 70 o esos pequeños salones de los 50-60-90 con mobiliario y televisores que muestran publicidad propia, inteligente colocación de las fotografías, vitrinas llenas de fetiches, brutal esa lavadora transparente.
Cita ineludible para cualquier amante de la publicidad, la historia, la gestión de marca y el buen gusto. Mi más cordial enhorabuena a Balay por tan gran trabajo.
(Del 22 de mayo hasta el 27 de noviembre, entrada gratuita).
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