martes, 2 de enero de 2018

BANDOS

Paseando por las calles de Barcelona estuve, como no, observando la cartelería local, la de los conciertos, las texturas urbanas. En esta ocasión se habían colado los carteles políticos, no demasiados, Barcelona sigue siendo una ciudad modulada a este respecto.

Me llama la atención, como publicista, la perversión del mensaje de muchos de ellos. Son mensajes sencillos que empujan a decidir sobre un bando, sin más, blanco o negro, bien y el mal. Primero parte, simplificación del mensaje.... elección elemental, de parvulario, Coca cola o Pepsi?.... y un segundo paso, yo soy la democracia, yo me apropio del concepto de demócrata, el resto es fascismo.

Con unos ejes de comunicación de tan alto calado parece increíble que se sostenga los mensajes, verdad?. No entro en disquisiciones políticas, pero imaginen, por ejemplo en Aragón, algo semejante.
A Lambán diciendo, A o B?... A soy yo, la democracia, el resto, B, el fascismo.... nos troncharíamos de risa, estamos mayorcitos para estas cosas. En los viejos manuales de publicidad de principios del Siglo XX, incluso anteriores, se puede encontrar muchos ejemplos de estas características. El proceso es muy sencillo:

A- SIMPLIFICACIÓN MÁXIMA DEL MENSAJE. El bien y el mal.
B- YO SOY EL BIEN, el contrario es el enemigo.

La publicidad soviética, sobre todo la stalinista, la nazi, la norteamericana de la misma manera, Mr. Trump, la vietnamita actual, hay cientos de ejemplos similares. Lo que me resulta digno de reflexión es que en 2018, en la vieja Europa, en una ciudad como Barcelona, exista este tipo de comunicación.




2 comentarios:

Gsus dijo...

No me parece tan extraño, en realidad.
Tan solo se ha simplificado la fórmula que ya se utilizaba a nivel nacional (e internacional, dicho sea de paso).
¿O es que no recordamos que esto siempre ha ido de ser de uno u otro partido?

Hasta hace bien poco en España se votaba PP o PSOE como si fuesen dos bandos antagónicos, totalmente opuestos, sin que realmente importase demasiado el contenido su programa electoral y sin que se penalizase por parte de sus votantes el posterior incumplimiento del mismo en caso de llegar al gobierno.
Símplemente "eras" de uno u otro partido y los contrarios eran tachados de rojos o de fachas.
Nada de grises. Todo bien blanco o negro, Real Madrid o Barsa. Así somos.

Como digo sin importar apenas los debates de ideas, las propuestas sobre temas y problemas reales y cotidianos: la sanidad, la educación, sistema de pensiones, libertades, etc...
Cuando llegan las elecciones quien más quien menos, con su voto ya decidido previamente. Azul o Rojo. Estas son las opciones que tienes. Esta es la farsa del "bien y del mal", la del "contrario y del enemigo" a la que aludes. Y hasta ahora a los dos grandes partidos no les ha ido nada mal utilizando esta misma táctica.

Saludos!

Antonio Saz dijo...

La fórmula de la simplificación es un clásico, sin duda, pero simplificar a YO DEMOCRACIA / TU FASCISMO..... YO LIBERTAD / TÚ REPRESIÓN, no tanto..... entiendo que cuánto más aplanen más repiten la mentira, pero si a la máxima simplificación conceptual le sumas el extremo posicional, ya es de traca.... saludos Gsus

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